Mujeres en Riesgo
El periodismo latinoamericano históricamente presenta dificultades sociales que exponen la seguridad de todos y todas sus profesionales en el ejercicio. Cada día crece la población femenina que toma las cámaras, micrófonos o grabadoras, y expone su seguridad física y mental en coberturas de conflicto, crisis sociales, protestas, o crimen organizado.
Actualmente, la simple condición de ser mujer sobre expone la seguridad de muchas sin embargo esto no ha sido una barrera para su incursión en el periodismo local e internacional.
El programa Riesgo Cruzado, tiene entre sus becarias una buena cantidad de mujeres profesionales del periodismo, que reciben herramientas y formación para gestionar los riesgos de su seguridad, tanto en el trabajo comunicacional que realizan entre la sociedad, como en su vida cotidiana.
Testimoniales:
Ana Carolina Menjívar González, 33 años, periodista institucional de El Salvador, comenta: “Riesgo Cruzado es mi guía, la familia que me enseña a realizar mi trabajo con profesionalismo, y de manera segura”
Danielka Fabiola Ruíz Picado, 30 años, periodista para Radio La Primerísima de Nicaragua, dice: “Para mi, Riesgo Cruzado representa protección y reconocimiento a mi integridad personal, y mi labor. Es la entidad que te enseña a pensar en ti primero cómo persona, y luego como periodista”
María José Ulloa Pacas, 24 años, periodista de Noticias 4 Visión de El Salvador, comenta: “Para mi Riesgo Cruzado representa nuestra capacidad de salvaguardar la vida en todos los sentidos”
Sara Sofia Melini Batres, 34 años, freelance de Guatemala, externa: “Riesgo Cruzado representa para mí la vida, pues me ha brindado herramientas que me permiten desenvolverme de manera segura en mi día a día, y en mi profesión. Además se ha convertido en mi respaldo profesional porque encuentro apoyo y orientación”
Olga Lizeth Espinoza Pinoth, 39 años, subcoordinadora de Prensa para Q'Hubotv de Honduras, comenta: “Riesgo cruzado no es un programa, es mi familia en la región, nosotras las mujeres que somos minoría en esta profesión luchando con estigmas y machismo. Ser becaria de Riesgo Cruzado, me ha empoderado a evitar en mi vida los miedos a fortalecer todas mis áreas sobre todo las de liderazgo, dejando a un lado y evitando el síndrome del impostor.
¡Riesgo Cruzado es parte de mi fuerza profesional y personal!”.